El vino tiene el tiempo del caracol: lento y constante, es en el largo plazo donde se ven los grandes movimientos. Este año que pasa, sin embargo, trajo algunas innovaciones que llegaron para quedarse y que, con el paso del tiempo, marcarán nuevos caminos visibles. Así es que puestos a repasar lo que nos dejó 2019 y que repercutirá en 2020 y más allá, estos son las cinco que vale la pena observar.
Vino en lata
Después del vino tirado, que arrancó en diciembre de 2018, es la innovación más notable del mundo del vino. Una clara apuesta a romper los códigos de una categoría encerrada en los envases de vidrio y que, por ello, estaba ausente de otras situaciones de consumo. En eso, el desarrollo de la lata -de la mano de Ball Corporation y un puñado de bodegas innovadoras- supone un salto importante para el vino, a la vez un producto conservador y obligado a cambiar.
Algo tardías, sin embargo, las latas llegaron en diciembre de este año al mercado y enfocadas en un público que no piensa en el vino como una bebida con códigos estrictos: con algo de gas, bastante de dulzura y en formatos que van desde 250 a 355cm3. Algunas marcas picaron en punta. No serán las únicas.